Paridad en La Sarthe
Porsche golpeó primero, pero Audi es el especialista de la última década. El actual campeón, Toyota, tampoco de rinde. La vuelta de Nissan.
En 2015 se presenta como la versión más igualada que se recuerda y todo apunta a una partida de póquer a cuatro bandas en la que ni Audi, ganador de trece de las últimas quince ediciones, parte como gran favorito ni el resto de sus rivales está descartado en la pelea por el triunfo en la general absoluta de la tercera cita del Mundial de Resistencia.
La marca de los cuatro aros apela a su ritmo de carrera, el increíble paso por curva y a su insultante dominio en lo que va de siglo, pero Porsche y Toyota llegan con ganas de aguar la fiesta de Ingolstadt, apoyándose los de Stuttgart en una explosiva velocidad. Mientras, los japoneses apuestan por un poderoso frontal que mejora la aerodinámica y una suspensión que desgasta menos los neumáticos.
Junto a esta terna se presenta Nissan, que aterriza con la sensación de una latente carencia de fiabilidad ya que su innovador proyecto, el GTR-LM Nismo, apenas ha rodado. Sin embargo, el coche que pilotará Lucas Ordóñez es tan revolucionario, entre otras cosas por su tracción y motor delanteros, que si consiguen que todo se alineé quizá hagan sudar, al menos durante unas horas, a los dirigentes de los rivales.
Tres Audi, tres Porche, dos Toyota y tres Nissan conforman la plana mayor de LMP1 en una cita a la que faltará el rey de Le Mans por primera vez desde 1997. Tom Kristensen, vencedor nueve veces en La Sarthe, ya no estará al volante del R18 y la dilatada experiencia del danés también será una gran pérdida para Audi. El que sí acudirá será François Hollande, presidente de la República. Sólo en dos ocasiones en la historia ha asistido el máximo cargo institucional francés: Vincent Auriol, en 1949, y Georges Pompidou, en 1972.
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