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10 de FebreroEstrellas fugaces

No hubo San Patricio

Tommy Byrne brilló en promocionales y pintaba para ser la estrella irlandesa en Fórmula Uno. Pero solo pudo largar dos carreras.

Por Darío Coronel

Tommy Byrne fue una gran promesa.

Las Islas Británicas son una de las meca del automovilismo internacional. Muchos pilotos surgidos del Reino Unidos brillaron en la Fórmula Uno y otras categorías de primer nivel. A comienzos de los años ochenta, Irlanda tenía en Tommy Byrne a su gran esperanza para triunfar en la Máxima. Aunque ello nunca aconteció.  

Nacido el 6 de mayo de 1958 en County Louth, localidad del noreste irlandés, Byrne hizo bien los deberes en las categorías escuelas previas a la F.1. En 1980 se proclamó campeón de la Fórmula Ford Británica con el equipo más exitoso de entonces, Van Diemen.

Con el Ralt campeón de la F-3 Británica.

En 1982 la gloria llegó en la Fórmula 3 Británica, que por esos años podía servir de trampolín directo hacia la F.1. Lo hizo con un Ralt-Toyota de la escuadra Murray Taylor Racing. Logró 7 triunfos sobre 22 carreras. Sumó 101 puntos y por 3 prevaleció sobre el argentino Enrique Mansilla (West Surrey Racing).

Por su mérito ganó una prueba en el equipo McLaren de F.1, cuyo tradicional sponsor, Marlboro, también le permitió hacer unos ensayos con un Spirit-Honda de Fórmula 2 Internacional.

Su poco competitivo Theodore de F.1.

En esa temporada la frutilla del postre llegó con su debut en la F.1, con el pobre equipo Theodore. No pudo hacer mucho con el poco competitivo TY02 motor Cosworth que le impidió clasificarse para largar en Alemania, Suiza e Italia. Mientras que en Austria y Las Vegas, abandonó por fallas en el motor.

La quiebra del equipo inglés para la temporada de 1983 y su falta de presupuesto, le impidió a Tommy continuar en la Máxima. Volvió a la F.3 Británica ese año, solo para mantenerse en la práctica activa.

En los Estados Unidos, con la Indy Lights.

Tras dos años sin competición, como suele acontecer en estos casos, el “irish” cruzó el Océano Atlántico y recaló en los Estados Unidos para competir en la Indy Lights. En la promocional de IndyCar logró diez victorias sobre 55 competencias. Fue tercero en el campeonato de 1987 y subcampeón en 1988 y 1989.

Luego de dos malas temporadas en 1991 (13°) y 1992 (12°), en 1993 llegó a la F-3 Internacional de México, en donde corrió con Alberto Lozano en el equipo Corona quien hizo campeón al “Quate” Adrián Fernández. Logro su primera victoria en Puebla y tuvo otros buenos resultados. En 1994 pasó a la F-2 Mexicana con los equipos Quaker State y Sección Amarilla.

Ya en 1995 el británico decidió retirarse. Desde hace 20 años se dedica a ser instructor de pilotos en La Florida y, en especial, dentro del equipo de Indy Ligths, Brian Stewart Racing. 

Los irlandeses buscaban con Tommy Byrne opacar en la F.1 a sus vecinos de Inglaterra y Escocia, que se llenó de orgullo con Jim Clark (campeón 1963/65) y Jackie Stewart (rey en 1969/71/73). Pero su tradicional celebración de San Patricio no llegó a la F.1.

 

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