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Guido Falaschi, de pocas palabras e introvertido, era hijo único de un matrimonio que siempre lo bancó y que vivió con sumo orgullo cómo se destacó en el automovilismo nacional. Así lo recordaban su mamá Graciela y su papá Víctor en la edición 2027 de la revista CORSA, luego de que el Príncipe lograra su primera victoria en el Top Race el 4 de abril de 2010. Fue en el autódromo de Resistencia, el Chaco. El chico, de por entonces 20 años, le había ganado a los mejores del país. 

Graciela Santilli: “Guido de chico era muy bueno pero travieso. Si bien es hijo único nunca sacó a relucir esa chapa ya que con mi esposo siempre hicimos todo lo posible para educarlo. Practicaba casi todas las disciplinas: fútbol, tenis, natación y en todos siempre quiso ser competitivo. Incluso, cuando lo mandamos a natación, la idea era que aprendiera a nadar. Pero él quería integrar el equipo del club y supo ser un buen nadador”.

“La verdad que no vi la carrera ya que me la pasé rezando. Pienso que por más que tenga 20 años, lo disfruto como cuando tenía 10. Se sufre porque uno siempre quiero verlo bien. Cada triunfo es especial: cuando logró el primero en karting, luego en fórmula, en TC Pista y ahora en Top Race”, concluyó Graciela, quien luego de perder a Guido, sigue pidiendo justicia por su muerte.

Víctor Falaschi: “Es verdad que no nos falta nada pero también nos costó mucho darle una mano en el comienzo. En un principio lo apoyamos económicamente pero luego siempre tuvimos muy buenos sponsors. Eso fue después de arrancar con el karting hasta, los 15 años donde empezó a correr en la Fórmula Renault. Ésta etapa la recuerdo de manera muy especial ya que primero fue subcampeón (2007), y luego campeón (2008) y también su paso por el TC Pista, donde peleó el campeonato hasta la última fecha con Agustín (Canapino en 2008), que se quedó con el título”.

“Es una satisfacción enorme ya que está corriendo junto a los mejores pilotos del país. Lo tiene muy merecido. También es un conjunto de todo el equipo. Siento un orgullo inmenso ya que lo acompañamos siempre y después de tanto sufrir hoy pudimos tener una gran alegría. Él tiene que estar siempre bien, hacer todo lo posible para que no tenga ningún problema, que vaya al gimnasio, cuidarlo en las comidas, es decir, todo un trabajo previo a parte de lo que haga en pista”, terminó su relato.

Tanto Graciela como Víctor hoy deben seguir su desconsuelo. Pero hicieron un enorme esfuerzo por acompañar a su querido Guido en su pasión. Disfrutaron junto a él sus éxitos y dejaron todo para que su hijo fuese feliz.