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Todavía recuerdo cuando Guido se subió a un Fórmula 3 Sudamericana por primera vez. Eran los 200 Kilómetros de Buenos Aires del TC 2000 en 2008, cuando disputó una fecha en el Oscar y Juan Gálvez junto con Facundo Crovo.

Guido anduvo muy bien, y llegó a estar en la punta. Les sacó una diferencia abismal a los chicos brasileños que peleaban por el campeonato. Finalmente, fue superado y terminó en el podio en las dos carreras siendo segundo.

Muchos, -periodistas y aficionados- ese día añoramos las épocas de victoria de Guillermo Maldonado, Gabriel Furlan, Fernando Croceri, de proyección argentina en la mejor categoría de monopostos de Sudamérica, y nos esperanzamos con un salto de Guido hacia una verdadera proyección. Desgraciadamente, eso no ocurrió.

Como casi todos los jóvenes talentos, continuó su carrera deportiva en la Argentina, saliendo campeón de la Fórmula Renault 2.0 y llegando al TC 2000, Top Race V6 y al Turismo Carretera. 

Su destino hizo que su brillante talento se perdiera en un circuito reabierto a las apuradas, solamente utilizado por la ACTC y con nefastas condiciones de seguridad, en una categoría que hoy en día poco tiene que ver con su nombre tradicional.

Y ahí, en Balcarce hace un año, falleció Guido Falaschi. Donde no falló nada, donde hubo tierra porque vivimos en el Planeta Tierra o simplemente, porque hubo una fatalidad. Nadie se hizo cargo, ni admitió al menos un error organizativo.

Salvando las distancias, en la Fórmula Uno, no muere ningún piloto desde 1994, gracias a las extremadas medidas de seguridad impuestas por el entonces jefe de médicos de la Máxima, el recordado Sid Watkins. Durante el GP de Imola de ese año fallecieron Ayrton Senna y Ronald Ratzenberger, lo que motivó la incorporación del dispositivo Hans y extremar medidas para que ningún otro pedazo de vehículo golpee a los pilotos en caso de accidentes.

En el TC, en cambio, casi todo sigue igual. La misma gente, el mismo playoffs, las mismas promotoras. Perdió bastante público, todavía hace falta muchísimo trabajo en seguridad, y lo más indignante, no hay responsables por la desgracia sucedida hace un año atrás.

Sin duda lo más triste, falta también el talento y la sencillez de un tipo excepcional, al que vi crecer en el automovilismo y doy fe, un tipo de persona que no abunda en el automovilismo, y menos aún, en el Turismo Carretera.

Algunos tratan de olvidarlo. Algunos seguramente lo olvidan, y por desgracia muchos más los recuerdan en soledad, seguramente por conveniencia. Yo, como muchos otros, no me olvido de Guido Falaschi.

Esteban Nieto es un periodista argentino que trabaja en Brasil. Es editor AutoRadioSport. Cubre categorías nacionales e internacionales.