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01 de NoviembreAnálisis y opinión.

Hacia la refundación del automovilismo argentino

Carreras aburridas, bajo rating y cada vez menos público en los autódromos. El deporte motor, en su más alto nivel, en un tiempo debería replantearse cambios radicales para revertir su situación.

Por Darío Coronel

En el TC se podrían sacar las cargas aerodinámicas, reducir gomas y sacar lastres.

Se suele afirmar que el automovilismo es el segundo deporte más popular del país. Pero en los últimos tiempos se fue enfriando el romance entre el público y la actividad. En el más alto nivel en pista, por lo general, las carreras son chatas. Por si fuera poco, salvo excepciones, la mayoría de los pilotos se ponen el casete, carecen de carisma y los ídolos parecen ser una raza en extinción.

El automovilismo como cualquier actividad siempre forma parte de un proceso histórico. En ocasiones, los estadíos suelen llegar a un punto cúlmine y hay que volver a empezar. Ello ocurre con el desarrollo tecnológico que lleva a que los autos alcancen una perfección para que los pilotos conduzcan con menos dificultad. Esto poco a poco fue matando a los sobrepasos.

El tema es delicado y hasta presenta cierta contradicción porque esta disciplina y la tecnología siempre fueron de la mano. Entonces hay que dividir el análisis en dos paradigmas: se sigue indefinidamente con el desarrollo y se cambia el estilo de carreras actuales, ó se genera un retroceso en lo aerodinámico, gomas y otros elementos para que la máquina no sea perfecta y esto incremente la probabilidad de error de los pilotos.

Con el primer planteo, por ejemplo, los autos del presente no se modificarían, pero las carreras deberían ser más largas. Esto generaría el desgaste del medio mecánico y mayores alternativas en pista. Una carrera de TC y Súper TC 2000 no superan habitualmente los 45 minutos. Las del Top Race y Clase 3 de TN duran como mucho 40 minutos.

De las últimas variantes deportivas la única que le gustó a gran parte del público es el Súper 8 del STC 2000. Con carreras largas, habría que ver cuándo y cómo se podría emplear esa posibilidad.

El Súper TC 2000 debería tener carreras más largas.


Las competencias deberían durar no menos de una hora con intrínseca pureza clasificatoria, es decir, que largue adelante quien hizo la pole position, eliminando las penalizaciones por hándicap o eventuales grillas invertidas o modificaciones hasta una cierta posición de largada. También se deberían sacar los lastres. Así no habría más especulación como ocurre en las primeras carreras de TC.

Que gane el mejor y si éste marca tendencia en varias carreras que el resto corra para alcanzarlo. Que no se castigue al que mejor hace las cosas. Eso va en contra del espíritu de este deporte, como de cualquier otro.

Esto permitiría que los ídolos en la pista vuelvan a forjarse. Juan María Traverso lo es por la cantidad de poles positions, victorias y campeonatos que tiene. Lo mismo Juan y Oscar Gálvez ¿Les pusieron lastre en algún momento a sus cupecitas? Son ídolos porque sus méritos parecen inalcanzables en el día de hoy. Que se genere expectativa por ver quién tiene en conjunto el mejor medio para superar al de adelante. Perfecto, son épocas diferentes, pero en la Fórmula Uno, la referencia universal, nunca se aplicaron penalizaciones por ser el mejor. 

Es muy bueno el nivel de la mayoría de los pilotos argentinos. La ratificación de ello es, precisamente, el STC 2000. Hubo quienes -como el autor de esta nota- dudaban de la capacidad de todo su staff para manejar 430 caballos. Quedó demostrado que los que integran esa categoría pueden hacerlo. Se incluyen corredores top, que este año no corren en la especialidad, como Norberto Fontana y Juan Manuel Silva, por ejemplo.

Incrementando la extensión de una carrera obligaría los ingresos a los boxes por el cambio de gomas. Hacer menos fechas, pero carreras más complejas, que generen la expectativa del público y la prensa. Hoy los medios hablan más de lo que ocurre debajo de los autos, con las polémicas y noticias “calientes”, por ejemplo.

Autódromo de Buenos Aires, sábado 27 de octubre, clasificación de TC. Las tribunas lucen semi vacías.


El tema de menos fechas sería contraproducente para la televisión, que requiere un calendario completo. Pero el TC como mucho mide 5 puntos de rating en el horario de la final. Las otras categorías no muestran una realidad diferente en sus pantallas. ¿Le sirve a la televisión montar semejante producción para terminar midiendo tan poco? Es bueno agregar igual que la medición habitual toma como referencia Capital Federal y Gran Buenos Aires.

Volviendo a los posibles cambios de estilos de carreras, en ocasiones el TC podría correr dos series con muchas vueltas y declarar a un ganador por suma de tiempos, como se hacía en la ruta. También, eventualmente, volver a hacer carreras de dos horas, como las que se realizaron en los años noventa.

Dejando de lado la situación económica del Top Race, y analizando su eventual recuperación, también sus competencias deberían ser más largas. Sus nuevos autos demostraron ser los más veloces. Podrían organizar una serie de carreras especiales con pertinente puntaje, en autódromos veloces como Buenos Aires, Rafaela (en su momento desde su dirigencia se habló de reeditar las 500 Millas en el óvalo…) y Termas de Río Hondo.

Respecto del TN no hay mucho que cambiar. Sí sería interesante una carrera especial con las dos clases juntas. Esto parece poco probable a mediano plazo ya que el propio Hugo Paoletti (presidente de APAT), le descartó esa variante a Gran Premioweb por que “hoy hay tres segundos entre los autos de cada clase”.

Acerca del segundo planteo, que hace hincapié en la escasez de carga aerodinámica y gomas más chicas, entre otras cosas, no habría necesidad de sacar la caja secuencial como planteó Oscar Aventin, presidente de la ACTC en su última conferencia de prensa. Los autos de TC podrían parecerse más a lo que es un Falcon, una Chevy, una Dodge o un Torino.

El TN es la categoría que brinda espectáculos en casi todas las carreras. Sus autos no tienen carga aerodinámica.


Se pueden remontar a la estética de hace 15 años atrás, dejando los pontones por un tema de seguridad y un leve alerón trasero como ocurre con los autos de la NASCAR, que también cuentan con unos flaps superiores que actúan en el momento de una curva o frenaje.

Ante el replanteo de que es imposible sacar carga aerodinámica por el proyectado incremento de potencia que tiene pensado la ACTC para 2014 (se habla arriba de 400 caballos), la propia NASCAR emplea 865 caballos para su categoría mayor y apenas tiene los elementos aerodinámicos mencionados. Es cierto también que la mayoría de sus carreras son en óvalos, algunos de ellos muy cortos.

Considerando que el mundo del TC 2000 siempre fue de la mano con el avance tecnológico y la posibilidad de las terminales para mostrar sus últimos modelos como estrategia de comercialización, se entiende que la categoría es la única que no encuadra en este paradigma. Por lo tanto, sólo son las valederas las cuestiones planteadas en la primera parte. Lo mismo para el Top Race. En el TN no hay carga aerodinámica.

El fin de semana hubo poco público en el Autódromo. Esta vez le tocó al TC, pero es un llamado de atención para todas las categorías. Los atenuantes fueron el valor de la entrada (180 pesos) y la fecha (fin de mes). Luego se agregan cuestiones relativas como la situación económica. En 1989, en plena hiperinflación, el Oscar y Juan Gálvez lucía al 70/80 por ciento de público. Lo mismo la excusa del Súperclásico River vs. Boca: son innumerables las ocasiones en las que jugaron entre ellos y hubo ese mismo día carrera en Buenos Aires, sin afectar la presencia de público en el Autódromo.

Por su velocidad, el Top Race podría tener carreras y puntajes especiales en Buenos Aires, Rafaela y Termas de Río Hondo.


Ahora las categorías tienen que hacer promoción previa a las carreras para que la gente se acerque a lo autódromos. Algo llamativo tomando en cuenta que estamos en la era de comunicación. Internet y sus redes sociales hacen estragos a la hora de difundir algo. Todas las categorías tienen sus sitios y están los propios medios especializados que día a día siguen sus novedades vía online, radios y hasta algunos diarios. 

Hoy hay representantes de la ACTC en Río Colorado con los showcars promocionando la carrera en La Pampa del 11 de noviembre. Hace 20 años no se necesitaba eso para generar expectativa. Y menos tratándose de la inauguración de un autódromo y recuperación de una plaza nacional importante.

En definitiva el presente del automovilismo argentino de pista, en su más alto nivel, no es el mejor. Los responsables de las categorías más importantes deberían replantearse la cuestión porque si ellos consideran que esto es negocio, habría que ver que hasta cuándo lo es. Ello con el agravante de que este es el deporte más caro. El público, el soberano como siempre, se lo está haciendo saber. 

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